miércoles, 29 de agosto de 2012

CAMINANTES Y LA BÚSQUEDA DE LA ESPERANZA



 Sedientos, con  la mirada pérdida por la angustia, fatigados y tristes, millones de cuerpos se mueven  ansiosos por encontrar el tesoro oculto entre las brumas de la incertidumbre: la esperanza.

     Ya no quieren escuchar, desdeñan las vanas promesas de los líderes, magos de las transformaciones utópicas, y de  las voces de los que tiran y halan las cuerdas de la información y la desinformación, contaminadas por los intereses. Perdieron el sentido del tiempo ante la denigrante realidad de las promesas incumplidas que ahondan los efectos de las  injusticias y la inequidad. Miles de años de hambre y discriminación desfiguran los rostros humanos; los surcos de dolor se demarcan en ellos como patética evidencia de la sinrazón y del olvido. 

     ¡Qué contraste! En un letrero de tamaño gigante, la figura de  un robusto joven anuncia la magia de un producto alimenticio. Ellos, los caminantes, voltean la mirada con indiferencia. Pesa demasiado el rastro del hambre y  las enfermedades que destruyen y aniquilarán las generaciones. Conmueve   la incertidumbre vital de niños con aspecto cadavérico, diezmados por el hambre, la falta de higiene y atención sanitaria. Abre grietas en el alma, la carencia de hogares propios, adecuados y dignos. Oprime la incertidumbre futura  por la falta de escolaridad o formación eficiente de los hijos.

     Es una ironía vivir en sociedades en las que  todavía la miseria diezma la fe en el futuro. Es una burla el ruido de las voces que hablan de solidaridad, justicia, equidad y apenas pueden mover su cuerpo por el peso metálico de sus bolsillos. Es una vergüenza la compra y venta de la dignidad humana, del pudor y de la conciencia. Sobre todo, no se justifican las grandes diferencias marcadas por la ambición, la avaricia desmedida y el egocentrismo.

     Hoy, como ayer, un reclamo, silente o exteriorizado, repercute en muchas naciones con la crudeza del hastío; cargado de matices dramáticos y la corriente negativa que genera la necesidad y la desconfianza, contra los que se creen dueños del planeta.

    En miles de rincones del mundo, surgen las voces que demandan respeto a la vida, a la subsistencia, al equilibrio de la naturaleza, al uso racional de los recursos; la distribución equitativa del pan, del agua, de los bienes naturales y los espacios habitables. Pero, también, se escuchan las voces de los que se dedican a esperar y esperar, sin aportar con su esfuerzo y dedicación a la superación de las dificultades. Son muchos los que no sacian su sed, porque no buscan el agua y, sencillamente, arrebatan, de cualquier forma, lo que otros han obtenido con esfuerzo y dedicación. Viven en consonancia con la idea de vivir del otro

      A nadie se le puede  negar el indiscutible derecho  a vivir en paz; elegir su estilo de vida, sus ideas, la compañía que considere conveniente. Pero ¡qué ironía!, funcionan estructuras sociales que inducen a la dominación y manipulación de los seres humanos que actúan de forma planificada para incidir, primordialmente, sobre los menos capaces de discernir y rebatir las inequidades e injusticias, o los carentes de visión definida y correcta de la vida.   

     Hastiados de las palabras que no son secundadas con acciones positivas, los caminantes esparcen el dolor en las oscuras veredas del camino y junto a él, el rastro sombrío del odio y la violencia. Muchos pierden la fe en sí mismos, la inercia y el pesimismo les nubla los sentidos.

     Las secuelas de las mentiras y del cinismo oprimen la sociedad y, en muchos casos, la atemorizan con la destrucción indiscriminada de vidas. La incertidumbre encierra en celdas de angustia e inseguridad a personas que nunca soñaron que llegarían a ser prisioneros de los escépticos, frustrados e indiferentes y violadores de  las normas y las leyes, no por desconocimiento, sino  porque imitan  y se apoyan en los parámetros trazados por los que las irrespetan deliberadamente y no son sancionados. 

      A semejanza de las ondas sonoras, el olor de la angustia se expande y contamina todos los espacios, intoxicando las mentes con esencias de rencor y desamparo. Reiteradamente, se afecta el  equilibrio planetario con las vibraciones negativas de sociedades prisioneras del dolor, del hambre, el desempleo, la ambición, la inequidad,  los vicios y la sed insaciable de poder.

      ¿Qué se puede hacer ante esta realidad? Es urgente desarrollar corrientes ideológicas y prácticas que generen la  esperanza, sustentadas en el aporte individual y colectivo; valorar e imitar la trayectoria de los verdaderos líderes de la humanidad; aunar los esfuerzos de personas constructivas y altruistas para impulsar las transformaciones necesarias

      Identificar el potencial individual tiene un  valor incalculable. Muchas veces queda oculto, subestimado u olvidado voluntariamente. En ese potencial oculto pueden estar los soportes fundamentales para la ejecución de los cambios necesarios. Sin tener que realizar acciones extraordinarias, se puede contribuir a impulsarlos, actuando de conformidad con los principios correctos, y abriendo la mente hacia las innovaciones positivas y  la preservación del equilibrio en todos los órdenes. 

     En el plano individual, urge emprender el camino del autoconocimiento. Solo conociéndose y explorando el potencial que se posee, se estará en capacidad de aportar a los procesos de desarrollo y crecimiento.

     El propósito debe ser  prepararse efectivamente  para dar y recibir. Estos son ejes fundamentales del vivir en sociedad. Se cultivan adecuadamente, cuando se parte de cuestionamientos fundamentales: ¿para qué existo?, ¿cuáles son mis principios?, ¿cuáles son mis talentos y limitaciones?, ¿hasta qué punto me dejo influenciar?, ¿qué pretendo lograr?, ¿cuál es mi nivel de compromiso con la sociedad?, ¿qué acciones ejecuto para crecer  intelectual y espiritualmente?, ¿cuál es mi visión de la ciencia y la tecnología?, ¿respeto las leyes y normas sociales?, ¿amo la naturaleza?, ¿me identifico con los más necesitados?, ¿respeto y empleo racionalmente la capacidad de los que laboran o cooperan conmigo?, ¿colaboro con el desarrollo de  los demás?  A estos, podrían agregarse muchos otros cuestionamientos.

     Es imprescindible identificar si se posee fortaleza de espíritu; capacidad  de discernir con propiedad ante las ofertas tentadoras que llevan a caminos inciertos, y resistir a las manipulaciones revestidas de bondades, pero que entrañan destrucción. No se puede obviar que la superioridad del pensamiento consciente y la actitud responsable ante la vida, son los factores que  garantizan la integridad moral y la certeza de acercarse al cumplimiento de los principios que deben regir la existencia humana.
      La solución de los problemas mundiales no es tarea de una, dos o un grupo de personas; es una responsabilidad que atañe a todas las sociedades. Por supuesto, el compromiso de los más capacitados y poseedores de mayores recursos es superior. Les corresponde asumir un liderazgo responsable y efectivo. 

       Para fomentar la esperanza y la responsabilidad, compete a las familias asumir su rol y funciones con idoneidad. Rectificando cuando sea necesario, pero nunca apartándose de su razón de ser. Considero que los cimientos de la familia deben sustentarse en el amor, el diálogo, el respeto, la planificación conjunta, la cooperación, la capacidad de negociación y manejo de conflictos, el cumplimiento de normas, y la conformación de un sólido equipo vinculado afectivamente, en el que prevalezca la clara definición de roles y respeto a las diferencias individuales.

     No se necesita ser un letrado para discernir entre el bien y el mal; entre el fortalecimiento de la relación familiar o el caos. La experiencia vital, la observación y reflexión sobre la naturaleza dan las respuestas al diario vivir. Por ejemplo, cualquier madre sabe que por ley natural la lactancia materna es más provechosa para un niño que la lactancia con productos industrializados. No obstante, millones de mujeres, sin justificaciones o impedimentos valederos, privan a sus hijos de esa gran oportunidad de recibir una alimentación natural y equilibrada, que, además, contribuye con el desarrollo del sistema inmunológico y desarrollo de la afectividad y seguridad del lactante.  Pienso que si queremos una sociedad más humanizada debemos iniciar por el fortalecimiento del vínculo del amor madre-hijo, a través de la lactancia materna.

      Son incompatibles con la estabilidad familiar, el fomento de la envidia, la manipulación sicológica, la explotación económica, la falsedad, el engaño, el irrespeto, el abandono, la prepotencia, la agresión verbal y física. Graves consecuencias generan el fomento de  la competencia insana, la humillación y ridiculización de sus integrantes, y, sobre todo, la indiferencia e insensibilidad ante los problemas que afecten a cualquiera de sus miembros. 

      Como respuesta a las aspiraciones sociales, los gobernantes  deben desarrollar programas que den respuesta a las problemáticas imperantes; manejar con  cautela y racionalidad los recursos públicos, evitando los dispendios o el aprovechamiento oneroso en beneficio de personas o grupos específicos. 

     Es su deber  fomentar  las condiciones para la generación de la cultura de la paz, la no violencia y la convivencia armónica entre las  naciones, y evitar los conflictos bélicos innecesarios que destruyen comunidades en todos los aspectos. No se pueden destruir vidas humanas o patrimonios de los pueblos, por saciar apetencias de poder y dominio económico. Mucho menos, lanzar fuera de su habitad a personas inocentes y ajenas a esos intereses.  

      Lo ideal sería que los gobernantes propiciaran la creación  de lazos justos de intercambio comercial, tecnológico y cultural. Por supuesto, que la consecución de estos planteamientos solo será posible cuando se entienda que la paz es garantía de vida, equilibrio y bienestar colectivo. La voluntad de preservar o mejorar las condiciones presentes y futuras de los ciudadanos debe ser la razón de ser de la gestión gubernamental.

     Compete a los sistemas educativos, contribuir con la transmisión de la cultura, el fomento de los valores correctos y de la conciencia innovadora en los docentes y  educandos. Su compromiso entraña la reflexión sobre los sistemas vigentes, la creación de nuevas metodologías, técnicas y estrategias educativas que den apertura a nuevas formas de pensamientos y acciones generadoras de bienestar colectivo. Se evidenciará su alcance en la  ejemplaridad de los agentes educativos,  la calidad de su relación  con las familias, y su impacto en los procesos de integración o transformación social. 

     El compromiso social que entraña la educación impartida por del sector privado  sobrepasa la visión de la rentabilidad económica. Implica un gran compromiso social que requiere visión, disposición, planificación, inversión, renovación de recursos humanos y materiales de acuerdo al ritmo de las innovaciones de la tecnología y del conocimiento, la cultura, la ciencia y las demandas sociales.

     Por otra parte, es  necesario  resaltar la importancia y el poder de los medios de comunicación, los cuales pueden edificar las sociedades o contribuir con la destrucción social cuando los mensajes que se difunden  no son adecuados. Lesionan la sociedad si se destinan a la  difusión de  vulgaridades, a la distorsión de los hechos, la mentira y el descrédito.

     Considero que los medios de comunicación deben jugar un papel estelar en las transformaciones sociales. Lo ideal sería la estructuración de   equipos integrados por  la familia, el sistema educativo y los medios de comunicación, los cuales estarían  vinculados a través de proyectos comunes.

     Es fundamental abordar lo referente al factor económico, el cual es decisivo en el presente y el destino de los pueblos. Sabemos que  la búsqueda de la solución a problemas económicos, genera procesos migratorios legales o ilegales. Los efectos no son siempre positivos. La migración ilegal es responsable de la muerte de miles de personas y, en algunos países, impacta en el aumento del desequilibrio familiar, la  descomposición social y represiones gubernamentales.

    Diariamente, miles de personas forman parte de la lista de caminantes en busca de esperanzas  en el orden económico, las cuales podrán ser saciadas cuando las condiciones económicas cambien, se abran nuevas fuentes de trabajo, se generalice la práctica de manejar la situación de los trabajadores con sentido de respeto al ser  humano, aplicación del sentido de justicia en el trato y  retribución por su labor.

     En la solución de los problemas, el sector empresarial y comercial son determinantes. Sin lugar a dudas, se puede afirmar que el desarrollo empresarial y comercial es fundamental en las sociedades y que su impacto positivo se percibe con mayor precisión  cuando su accionar va acompañado de prácticas positivas y un alto nivel de compromiso social.

     Obviamente, quedan muchos aspectos por abordar. Apoyándonos en la lógica y la realidad histórica de las sociedades humanas, damos por sentado el fenómeno de las carencias que motivan el transitar humano y las secuelas negativas que dejan las sociedades o grupos inconformes con su realidad. Muchas naciones del mundo, incluyendo la nuestra, están inmersas en  procesos de crisis con connotaciones de orden espiritual, económico, ético, social, entre otras dimensiones. Estas realidades demandan el aporte de soluciones, tanto en el orden individual como colectivo.  


MINERVA CALDERÓN LÓPEZ, M.A.

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