miércoles, 27 de julio de 2011

Factores que influyen el bajo rendimiento en las matemáticas




Por: Pedro M. Reyes M.A.

La matemática es una creación de la mente y su aprendizaje debe constituir un auténtico proceso de descubrimiento por parte del aprendiz.

Existe una gran diferencia entre hablar de un objeto y construirlo. Esto último implica crear un concepto y la ejecución de un trabajo, de una práctica conceptual en función de lo que se desea aprender. El trabajo matemático no tiene punto medio: o se hace, o no se hace.

El aprendizaje de la matemática demanda el seguimiento de un riguroso procedimiento que permita adquirir y desarrollar capacidades cognitivas.

La matemática es una ciencia en la que debe prevalecer el método sobre el contenido. De ahí la tendencia generalizada de basar su enseñanza en los procesos del pensamiento y solución de problemas, más que en la transferencia de contenidos. De aquí se debe adoptar la sensata actitud de que todo lo que se enseñe y aprenda, se enseñe y aprenda como es, de tal forma que se logren siempre los mejores resultados. Esto, naturalmente, requiere el uso de recursos y/o procedimientos didácticos que acentúen el significado y susciten en el estudiante una dinámica participación mental con todo el dinamismo y poder creador de que sea capaz.

Aunque parezca extraño, muchas de las últimas reformas que se les han hecho a los programas de matemática, tienden a enfocar la enseñanza de esta como un cuerpo de doctrina independiente, conformado por un contenido teórico y abstracto. Se trata de una situación alarmante que, a mi entender, carece de solución inmediata. De esta perspectiva, los objetivos que se plantean deben situarse en manipulaciones de objetos concretos, y tratar de llevar al estudiante hasta lo simbólico y luego a lo abstracto. Hay que mejorar los métodos pedagógicos de su enseñanza, pero no sólo estos, es necesario también que se le de seguimiento a los profesores que imparten la asignatura en todos los niveles para que se tenga continuidad de los contenidos, que no hayan saltos. El profesor, además debe estar versado en psicología del aprendizaje y en metodología de la enseñanza de la matemática.

Los métodos de enseñanza se caracterizan por una memorización casi mecánica del contenido programático antes que por el desarrollo del pensamiento lógico y las facultades creativas del estudiante. De ahí que conviene introducir conceptos y procedimientos básicos para aplicarlos después, y la utilización de recursos de comprensión y exploración que sean capaces de permitir el paso de un estudio a otro. En tal virtud es necesario que los profesores llamen las operaciones por sus verdaderos nombres: adición (y su resultado suma), sustracción (no resta), multiplicación (no producto), división (no cociente). A partir de ahí, ya comienza la mala enseñanza.

La enseñanza de la matemática debe construir a desarrollar la mente del estudiante. En tal sentido, vale subrayar que muchas dificultades se producen por una enseñanza inadecuada y poco funcional de los contenidos matemáticos.

El proceso de enseñanza y aprendizaje de la matemática se inicia desde la intuición y progresivamente se acerca a la deducción. Esta forma de construir el conocimiento matemático relega, por una parte, cualquier intento de apropiarse mecánicamente de procedimientos para la resolución de problemas reales. Por otra parte, este procedimiento vincula a una planificación de su enseñanza y aprendizaje fundamentalmente en el nivel de cognición de los estudiantes.

El estudio prematuro de ciertos contenidos puede ser causa de que se tenga un bloqueo o fracaso, así como enfocar el aprendizaje de leyes y principios generales para llegar a su aplicación.

Facilitar la construcción de conocimientos en el estudiante de estas edades, supone partir de la propia experiencia, buscando un apoyo concreto que favorezca la tarea.

Después de finalizar la educación primaria, los estudiantes comienzan a estar en disposición de trabajar sobre planteamientos más abstractos y usar un pensamiento más formal. En tal sentido, manifestar cómo se olvida que los conceptos de índice matemático se originan en el mundo físico y que, como educadores se requiere que los estudiantes adquieran dichos conceptos sin previas experiencias, sólo entrándole de lleno en complicadas abstracciones que a la propia humanidad le ha costado realizar.

Es posible que algunos estudiantes con dificultades de aprendizaje más graves tengan dificultades para accesar al pensamiento abstracto. Es necesario que con estos se sigan apoyos concretos y trabajos sobre contenidos más directamente relacionados con su experiencia directa.

De aquí que introducir conceptos unificadores donde no hay experiencia en unificación, o trabajar con conceptos dados sin aplicaciones concretas que puedan provocar en los estudiantes es más perjudicial que beneficioso. Una formalización prematura podría desembocar en algo estéril. La introducción anticipada de abstracciones encuentra especial residencia en mentes críticas que antes de aceptar la abstracción desean saber porqué es relevante y cómo podría ser utilizada.

La matemática no es un producto acabado y que se les pueda presentar a los estudiantes como tal.

Hay profesores que aún hoy insisten en que lo que importa de la matemática es aquello de su aspecto que pudiéramos llamar instrumentales y operacionales. No quieren admitir una enseñanza de la matemática que acentúe sobre todo lo conceptual y lo formal de los sistemas axiomáticos.

Al considerar la enseñanza de la matemática desde el punto de vista de su utilidad, es necesario tener en cuenta las necesidades y las opiniones de aquellos que la usan.

Hoy día los periódicos destacan alarmantes informaciones del analfabetismo funcional, falta de capacidad para manejar números y otros síntomas de deterioro educativo.

Las escuelas del mañana pueden experimentar un renacer si empezamos a trabajar ahora el terreno para lograr una educación eficaz en matemática, ciencias y todas las demás asignaturas, usando un personal netamente dominicano que se interesen por el país, con plataforma extranjera sino con perspectivas que tengan como punto de partida la imaginación que puedan ayudar a lograr el terreno fértil donde prosperen muchos enfoques para el dominio de los números.
El autor es Director Departamento de Matemática en la Universidad Tecnológica de Santiago, UTESA

Fuente:
La Información Digital

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